Florida, nov 05._El desarrollo tecnológico que vive el mundo, los nuevos soportes de audio y video, y la relativa facilidad para acceder a los equipos que los reproducen, permite a los cubanos de hoy ciertas libertades particulares a la hora de elegir que ver o escuchar en los ratos de ocio sin salir de su casa.
Cómodamente sentados delante de su televisor, ya son numerosas las personas de cualquier edad, sexo, nivel cultural, escolar y de recursos que acceden a materiales audiovisuales de todo tipo producidos dentro y fuera del país, y adquiridos por diversas vías y al gusto de cada cual.
Este comentario no condena esa posibilidad considerada como un derecho humano más… Su mirada se concentra en la trascendencia familiar, social, política y cultural de tal fenómeno.
No olvidemos que toda libertad engendra responsabilidad. El acceso a la elección de lo que busco y prefiero ver en mi DVD no puede significar aquí un peligroso retroceso del nivel cultural, la inteligencia, el gusto artístico y la capacidad de divisar y descifrar el bien y el mal, lo bueno y lo malo, aprehendidos por los cubanos durante años de información, resistencia, Revolución y educación.
Duele escuchar a demasiados entusiastas de algunos programas foraneos a los que muchos tenemos acceso, como por ejemplo, “Caso Cerrado”, “Nuestra Belleza Latina” y otros y creer en esa justicia absurda y unilateral que reparte la Doctora y conductora Ana María Polo, o pensar que el éxito de la vida radica allí, en la perfección, el glamour y la acumulación de cosas y más cosas.
La magnificencia en la producción, los diálogos melosos, las lágrimas fáciles y el arte de enganchar a la gente por las vías del corazón o las necesidades materiales son armas demasiado filosas de la filosofía del consumismo capitalista y de la anulación del pensamiento colectivo.
Para el proyecto que defendemos los cubanos como garantía del futuro de nuestros hijos resulta imprescindible observar estos materiales “de afuera, y algunos cocinados aquí dentro” con una mirada más crítica y explicativa de su esencia y de cuanta miseria, manipulación, desempleo, muertes, desalojos y explotación existen detrás de cada millón de pesos, carro regalado y diademas incluidos en esas ofertas televisivas aparentemente maravillosas y subyugantes.
Es sano ahora y a tiempo, evitar que decenas de personas, sobre todo niños y jóvenes, se crean “todo-todo eso de allá”, mientras tiran aquí a la basura el Noticiero Nacional, el hábito de lectura, el compromiso social y la importancia del humanismo y la solidaridad.
Recomiendo saborear los platos del conocido “Paquete” sin olvidar la supremacía del amor, la amistad, la sencillez y la honestidad, protegidos por ese cúmulo de valores morales y principios que nos salvaron del odio del Imperio por tantos años y hasta del más violento periodo especial.
La amenaza de una gran parte del entretenimiento fácil y sin acotaciones que recorre hoy los reproductores de video en muchas casas cubanas, radica en su capacidad de cambiar el pensamiento, las actitudes y los rumbos de los imberbes y de aquellos soñadores incapaces de distinguir en esencia del capitalismo, su imagen subyugante, su esencia diabólica y su afán desmovilizador… probemos el veneno, pero aprendamos a usar el antídoto.