Desde pequeña escuchaba sobre las hazañas de los mambises; disfrutaba igual de la anécdota viva contada por los maestros, como de las aventuras radiadas o televisadas donde la hidalguía, el coraje y fidelidad a la Patria agigantaban las figuras de Maceo, Gómez, Agramonte y muchas más.
Me parecía, entonces, que aquellas eran historias de super hombres, de héroes inmortales que nadie podía aniquilar o vencer.
Después, con el paso de los años me convencí que estaba en lo cierto. Estos gigantes fueron hombres de carne y hueso, inteligentes, dignos, luchadores incansables por la causa libertaria; hombres invencibles tanto por la fuerza del brazo como de las ideas.
Cuánta cronología de momentos decisivos, y trascendentales para Cuba desde la manigua!!
Y hoy, 15 de marzo comparto con muchos la idea de que la Protesta de Baraguá, protagonizada por el Titán de Bronce se inscribe entre esos sucesos, se alza, incluso a criterio de José Martí, como “…de lo más glorioso de nuestra historia”.
“Entre las hamacas atadas a unos árboles, Maceo oficializó su negativa a deponer las armas ante el General en Jefe del Ejército español… ”
Ese ha sido uno de los principios heredados de los ancestros, la intransigencia revolucionaria, el no negociar nunca con los principios y las ideas.
Este 15 de marzo se cumplen 139 años del histórico acontecimiento y como para enraizar mi memoria eterna ante la efeméride grande para la Patria, hoy también celebro el nacimiento de mi única hija, de mi hija adorada. Feliz coincidencia. (Maribella Navarro Cardoso/Tomado del Blog Alas de Colibrí)