La Unión de Escritores y Artistas de #Cuba honra a Alfonso Arau

La Unión de Escritores y Artistas de Cuba honra a Alfonso Arau Foto: Agencia EL UNIVERSAL/ Alma Rodríguez.

La Unión de Escritores y Artistas de Cuba honra a Alfonso Arau Foto: Agencia EL UNIVERSAL/ Alma Rodríguez.

La Habana, 17 may.- La Unión de Escritores y Artistas de Cuba confirió la condición de Miembro de Honor al cineasta y comediante mexicano Alfonso Arau, fundador en 1962 del Teatro Musical de La Habana (TMH).

En una velada que tuvo lugar el lunes en la sede de la organización, su presidente, el poeta Miguel Barnet, puso en manos de Arau la distinción que resalta la contribución del homenajeado al desarrollo de la escena musical en la Isla y su compromiso inalterable con la cultura y el pueblo cubanos.

Asimismo, el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, mediante su presidente, el Héroe de la República de Cuba Fernando González Llort, le entregó un diploma en reconocimiento a la actitud solidaria del artista.

Al reciprocar los merecimientos, en un acto al que asistió Enrique Martínez, embajador de México en Cuba, el homenajeado afirmó que el pueblo, el público cubano y la experiencia de vivir la Revolución, «me hicieron un ciudadano consciente».

En las palabras de elogio, el actor Rolando Núñez, presidente de la Asociación de Artistas Escénicos de la Uneac, se refirió a los años cubanos de Arau más allá del desempeño profesional: «Fue miliciano, alfabetizó, se movilizó en defensa de nuestra Patria en los días de Girón y la Crisis de Octubre y compartió su arte con obreros, campesinos y soldados».

Director de películas notables entre las que se cuentan Calzonzín inspector (1974, también protagonizada por él) Como agua para chocolate (1992) y Un paseo en las nubes (Estados Unidos, 1995) y con memorables actuaciones en filmes como

El rincón de las vírgenes (1972), Arau viajó frecuentemente a la Isla durante los años 50 para presentarse en la televisión junto a su compatriota y colega Sergio Corona, y tras el triunfo revolucionario de 1959 decide permanecer en Cuba.

En la pequeña pantalla marcó un hito con las transmisiones de El show de Arau –confió su dirección a Rogelio París-, y luego recibió la encomienda de crear el Conjunto Nacional de Entretenimiento, embrión del Teatro Musical de La Habana.

Arau nucleó a músicos, actores y bailarines en quienes fomentó una proyección integral. Se rodeó de colaboradores de primera línea como los norteamericanos Federico Smith, compositor y orquestador, y la coreógrafa Waldeen Falkenstein, los mimos franceses Catherine y Pierre Chaussat, el teatrista mexicano Rodolfo Valencia, el pintor y dibujante hispanocubano José Luis Posada, El Gallego, y los prominentes músicos cubanos Leo Brouwer y Tony Taño.

Uno de los fundadores del TMH, el múltiple Bobby Carcassés, honró a su maestro en la sala Villena, con temas musicales en los que desplegó la versatilidad desde las tablas del TMH, con la complicidad de los bailarines Rey Baró y Orlando Alonso, en quien Arau reconoció al «hombre que me enseñó el guaguancó».

Miriam Socarrás, Alden Knight y Gerardo Montesinos, este último acompañado por el guitarrista Rey Montesinos, animaron la velada que comenzó con la proyección de Alfredo va a la playa (1963), de Roberto Fandiño, rara joya de la filmografía cubana, rodada en blanco y negro al modo del cine silente, comedia concebida y protagonizada por Arau.

Entre los asistentes caló hondo una anécdota contada por Miriam y Bobby acerca de la filmación del cortometraje. Mientras se hallaban en una de las playas del este de La Habana montando una escena, pasó en un recorrido Fidel y se detuvo a interesarse por lo que sucedía.

Uno de los actores, Wember Bros, se puso nervioso y no atinaba a ejecutar su papel. Arau le explicó al Comandante de qué trataba la escena y este no solo ayudó al actor a salir del trance sino que, a instancias de Arau, dio la orden de «luces, cámaras, ¡acción!».(Granma Digital)

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