El General Antonio: paladín del honor y la fidelidad

Florida, 7 dic.- Cuando se dice Maceo, el General Antonio o el Titán de Bronce, no caben dudas sobre el hombre al que se refieren ese apellido insigne, ese nombre adornado por el glorioso grado militar que lo antecede, o el epíteto que trascendió para siempre en la historia cubana.

El protagonista principal de la Protesta de Baraguá, calificada por José Martí como “lo más glorioso de la historia cubana”, fue un paladín del honor como soldado y de la fidelidad a la causa revolucionaria por la que entrego la vida el 7 de diciembre de 1896, junto a su ayudante y fiel soldado Panchito Gómez Toro.

Maceo exhibió siempre un carácter indomable; justo pero recto en cada uno de sus actos y transparente en sus ideas. Fiero en el campo de batalla contra el enemigo, un caballero en las lides del honor y leal confeso cuando expresó que “los hombres honrados y los verdaderos patriotas, son aquellos que por sobre toda consideración aman la independencia de su tierra…”

En estos tiempos en los que el imperialismo estadounidense refuerza su campaña mediática para engañar a nuestra gente y compra lacayos y mercenarios internos con el propósito de destruir la Revolución, el pensamiento del general Antonio puede servir de escudo, y así lo confirma una sentencia suya escrita el 29 de junio de 1985, en la cual rechaza cualquier posibilidad de traición a la causa y plantea que “los anexionistas cubanos pueden ser esclavos y debieran conformarse con lo que tienen.

En esa misiva agrego: “Los españoles con razón llamaron a los autonomistas desleales y traidores: y es que el que no ama su verdadera causa, la del honor y la dignidad, no merece otro calificativo”.

Este era y es el Maceo que recordamos hoy: el mismo del que aprendimos que la libertad no se mendiga, se conquista con el filo del machete”, el que no se entendió con el enemigo cuando algunos compatriotas dejaron caer la bandera sin independencia y en 1878pactaron la rendición mambisa en el Zanjón, y sobre todo, el que le aviso al naciente imperio norteamericano que “quien intente apoderarse de Cuba, sólo recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre, si no perece en la lucha”. (Pedro Pablo Sáez/Radio Florida)