La vitamina C, esencial para la vida, ha sido relacionada en la historia de la Medicina con el escorbuto, enfermedad que en tiempos remotos fue el gran azote de marineros y exploradores.
El escritor Gabriel García Márquez describió a Melquíades —uno de sus fantásticos personajes del libro Cien años de soledad— como alguien a quien «la muerte lo seguía a todas partes, husmeándole los pantalones, pero sin decidirse a darle el zarpazo final. Era un fugitivo de cuantas plagas y catástrofes habían flagelado al género humano. Sobrevivió a la pelagra en Persia, al escorbuto en el archipiélago de Malasia». Sigue leyendo