ISLA DE MARGARITA, Venezuela.— No sucedió. A la fórmula milagrosa para que Villa Clara se metiera en la ronda de semifinales de la 56 edición de la Serie del Caribe le faltó el elemento que parecía más seguro, el que Navegantes de Magallanes, el equipo anfitrión, terminara invicto en la etapa clasificatoria, algo que le impidió Puerto Rico y al hacerlo no solo se incluyó este último en el cuarteto clasificado, sino que sepultó completamente al campeón de la 52 Serie Nacional de Cuba.
Con Villa Clara fuera, creo oportuno algunas consideraciones. La primera tiene que ver con que es totalmente lógico que un director, que ha logrado con buen juego y endiablada efectividad de cada una de sus estrategias el primer lugar de la fase clasificatoria, pase lo que pase en el juego final, reserve a sus mejores piezas para los combates más difíciles e importantes que están por llegar. Eso fue lo que hizo el mentor del representativo de Venezuela, Carlos García.
Segundo, Magallanes es un excelente conjunto de béisbol, capaz de hacer cambios en su alineación sin que la calidad baje, lo hizo durante la fase final de su torneo doméstico, incluso, en el playoff final por el título de este año. Tercero, Carlos García dijo que pelearía el partido inning a inning, lo cual habla de su profesionalidad y de la estirpe de sus jugadores.
Cuarto, antes de la jornada de ayer, cuando la representación cubana se acogía al descanso del calendario los equipos que estaban en la zona de clasificación (los cuatro primeros) estaban en ese territorio más por la labor de sus pitchers que por la de sus bateadores.
Y esta es una consideración importante, si queremos saber por qué los villaclareños no llegaron a la segunda ronda.
Magallanes exhibía el liderato desde la lomita con promedio de tres limpias por juegos de nueve entradas (9 en 27 innings) y era el único plantel que tenía en cero el casillero de jonrones permitidos. Sus serpentineros contaban con 20 ponches y solo nueve boletos. Los puertorriqueños iban segundos con 3,33 (10 en 27), Licey, tercero, con 16 en 28 para 4,00, en tanto Hermosillo (20 en 35), llegaba hasta 5,14. El único equipo por encima de seis limpias por cada nueve entradas, era el cubano, con 25 limpias en 34 capítulos. Aunque los villaclareños poncharon más que nadie (25), fueron los que más ubicaron a hombres en circulación por boletos, 18 en total, nada menos que el 34 % de todas las transferencias otorgadas por los lanzadores del campeonato.
A buen entendedor, con pocas palabras… , el pitcheo continúa siendo el arma fundamental en el triunfo de un equipo aunque los lanzadores no pisen el home.
Al margen de la defensa, que también fue pésima, no solo por los errores cometidos que van a las hojas de anotación, sino por aquellos que denotan la falta de un funcionamiento orgánico al no existir una mecánica de juego eficiente, si ayer terminamos la noche eliminados, fue justamente por esa pobre actuación del cuerpo de lanzadores.
Durante esta Serie hemos vertido algunas opiniones, más que sobre la actuación de la representación cubana aquí, de los problemas que afectan o traban el desarrollo de nuestro béisbol. Estamos a tiempo todavía de encaminarnos hacia la solución de ellos, aunque nos lleve tiempo o algunos reveses en certámenes de este tipo.
Queda ahora esperar a febrero del 2015, cuando se celebre la 57 edición de este evento, en Puerto Rico, adonde el campeón de la actual campaña que jugamos en Cuba, ya ha sido invitado./Oscar Sánchez Serra, enviado especial.